Faron Gäwell

- ¿Realmente queréis saberlo o es que estáis alargando mi agonía? Sin duda es la segunda opción... no me cabe duda. Así que si vos lo queréis, sea.

>Nací hace casi treinta años, en las tierras del este bajo el amparo de una casa de la baja nobleza, con tierras a su merced y jornaleros que las trabajaban. Mi padre es Trentel Gäwell... Vaya, ¿le suena? ¿Así que fué él quien os arrancó ese cacho de oreja que os falta? No me extraña... Mi padre y su hermano formaban la compañía de los Hermanos Gäwell, valerosos guerreros. Si bien, mi padre se retiró a su vida nobiliaria y quiso apartarme de aquél mundo. Pero el tiempo es cíclico y todo acaba volviendo. Su pasado volvió, volvieron los orcos, volvieron los trols, volvieron las espadas, la magia, la muerte... y yo me quedé al amparo de la noche oscura, con tan solo once años.

>Ríase, se lo permito. Disfrute ahora que puede, señor. Sí, prosigo el relato. Me salvó de la muerte segura un hombre montado a caballo, con una armadura ribeteada con oro y seda, completamente impoluta, sorprendente si tiene en cuenta, señor, que morían personas decentes y orcos por doquier. Me subió a su caballo y me llevó lejos de allí, tanto que no sabría decirle, realmente, dónde era mi lugar de origen (si aún existe aquel trozo de tierra). Aquel hombre me prometió un futuro glorioso si servía a las órdenes de cierto capitán Xiramyl. Vaya, también le suena el nombre... deje que sea yo quien se ría ahora, señor, si vos lo permitiéredes. No todos los días le quitan a uno un ojo, ¿verdad?

>Por supuesto, no habrá más mofas; sigo. Me encerraron en un cuartel. Crecí a golpes de látigo, serví como escoria en las escaramuzas contra los bandidos (mejorando lo presente, señor), aprendí mediante ayuno y llagas en mi piel que debía ser manso y seguir a mi lider. Pero no pude más, escapé. No me acostumbro aún a la vida sin un superior que me guíe, pero poco a poco creo que seré capaz. Sí, señor, hablo en futuro. Ansío ser un gran caballero, como diría cierto caballero de unas historias que me contaron los veteranos de la milicia, anhelo "desfacer agravíos y enderezar tuertos". He estado trabajando desde hace unos días como soldado libre, vendiendo al mejor postor mi brazo. No, señor, no lo intente. Jamás me uniría al grupo que vuesa merced lidera en esta región, aunque ello signifique mi muerte.

>¿Ahora hace burla de mi futuro? Pues sí, tengo aspiraciones. Me han hablado de un Consejo, gente noble a quien puedo dar mi fuerza, escasa aún, pero seguro que medra.

>Y esta es mi historia, señor. Me voy, tengo aún mucho camino por delante. ¿Qué? ¿Que no puedo irme? ¿Que soy prisionero? Disculpe que me ría, pero no se si ha escuchado que crecí en un cuartel entre matones y sé qué es lo que hay que hacer. Usted piensa que desarmando a un hombre, quitándole su espada, buscando si lleva dagas entre los ropajes, le dejáis indefenso... lo siento, pero no es así.


Faron Gäwell se abalanzó contra el líder de la zona de los bandidos Defias, le agarró con fiereza por la espalda y rodó su cuello con un fuerte crujido.

- He acabado lo que mi padre y mi capitán empezaron.

Dicho esto, Faron cogió la vaina del líder de los bandidos y salió de la oscura gruta, hacia la ciudad de Ventormenta a buscar a aquel grupo del que le habían hablado.

SIMPLEMENTE... :')

Un relato digno de un gran Hombre. Te deseo lo mejor, hermano.

Saludos.

Es un honor tenerte como pupilo te enseñare todo lo que sepa y lo hare lo mejor que pueda

Seguro que lo conseguís, maestro

Ya lo decía mi padre: el buen guerrero debe dominar el arte de la espada y el de las letras.

Me he dado de golpes a mi mismo por no haber terminado de conocer vuestra historia hasta ahora mismo, y no haber terminado lo qeu empeze...

El bello de los brazos se ha puesto a moverse solo.. solo digo eso...

He modificado la edad de Faron para dotar de coherencia a su historia (llevada aún a cabo onrol dentro del wow).

jajaja!! vaya!, una historrria muy interrresante, si señorrr! me alegrrrra que la victorrria esté siemprrrre a vuestrrro lado, mi querrrido amigo pierrrrnas larrrrgas.