Los demonios de Ska

En una noche de sombra y llanto, en medio del más remoto rincón de Azeroth, en mitad de las Tierras de la Peste y rodeada de seres de inframundo, Skaeyv oyó unos susurros en demoníaco que parecían dirigirse a ella. Algunos días antes, su gran maestro, Alexander Clader, a quien fue encomendada por su madre, Valeera Sanguinar, le anunció la llegada de un demonio que tenía interés en conocerla. Su nombre era Blagnash y era un viejo conocido de Arthas.

-No os dejéis llevar por las apariencias: los Guardias viles parecen viejos y arrugados, pero poseen la fuerza y arranque de los abisarios, y una mayor inteligencia. Interceptan y asestan hachazos que harían sangrar a cualquier estatua de la más dura piedra.

Skaeyv sabía que pronto conquistaría el alma de un nuevo demonio, más horrible y pérfido que los que hasta ahora le habían sido encomendados. Jublop era un idiota que se quejaba por todo, reivindicando siempre el contrato de sangre que según él los ligaba, aunque Skaeyv nunca firmara nada. Hukgron era un animal, un abisario de mala uva que poseía mucha resistencia pero un cerebro más bien reducido. Aún así, no se quejaba demasiado y cumplía con su deber, por lo que seguía siendo el favorito de Ska. La poderosa súcubo Anvina se azotaba el trasero constantemente y cuando intentó seducir a algunos miembros de El Gran Concilio, Ska le castigó a no invocarla, al menos, hasta que cumpliera 70 niveles. Por otro lado, el manáfago Zhaagrym era demasiado feo, y Skaeyv sólo lo sacó alguna vez para luchar contra una hermandad de magos y brujos no-muertos.

Ska se dirigió a la Garganta de Fuego, donde estaba escrito que se encontraría con Blagnash. Y allí, en mitad de lloros de dragones y gritos de arañas atormentadas, se encontraron Blagnash y Ska.

Apareció de repente, detrás de Skaeyv, lo cual la asustó y echó unos metros hacia atrás, al ver la mole brutal del demonio que ahora parecía servir a sus órdenes.

-NO TE ... EQUIVOQUES ... SKAEYV.... YO NO SOY .... TU SIERVO: SOY EL MENSAJERO DEL DEMONIO, ... LA ESPADA EJECUTORA DE SATANÁS AZOTE DE PALADINES, SACERDOTES Y CHAMANES, EL MISMO ARTHAS .... SE REVERENCIA ANTE MÍ ... CUANDO ME VE APARECER... NO SOY VUESTRO SIERVO... MALDITA BRUJA!

-Eso lo veremos - respondió altiva una Skaeyv de nivel casi 60. Escudriñó a Blagnash de arriba a abajo - ¿Tú eres el demonio que me han enviado? Te esperaba más alto, viejo cascarrabias. No suelo llevar dentaduras postizas en mis bolsas... tendrás que apañártelas o robárselas a quien bien sepas.

-APRENDERÁS A ... MOSTRAR .... RESPETO ... INGRATA. SÓLO OS AYUDO ..... POR PENA: SI NO FUERA PORQUE .... HE .... RECIBIDO ÓRDENES DIRECTAS DEL SEÑOR .... DE TODOS LOS DEMONIOS PARA VENIR A .... VUESTRO LADO, AHORA .... SEGUIRÍA RIÉNDOME DE VOS DESDE .... EL AVERNO .... INSOLENTE Y SOMBRÍA NIÑATA .... AÚN NO SABES NADA .... SOIS UNA BRUJA MEDIOCRE. AQUEL DRAENOR DE 20 NIVELES MENOR QUE VOS CASI OS GANÓ AQUEL DUELO EN FERALAS.... HICISTE TRAMPAS.... SKAEYV WRYNNN SANGUINAR .... HICISTE TRAMPAS. NO .... VALES .... NADA.

-Mua hahaha! Sí, las hice ¿Y? Ese Garratroz es un pamplinas. Su alma no vale nada en el mercado del averno, y la tengo expuesta en la sede de mi hermandad mientras no quiera recuperarla...

-DE ESO MISMO - Interrumpió Blagnash bruscamente- ... QUERÍA HABLAROS.... ESA HERMANDAD VUESTRA....

-¿Qué pasa con el Gran Concilio? ¿Tampoco es del agrado de vuestro Señor? - Skaeyv se reverenció como una niña pequeña, acentuando el sarcasmo de sus palabras. - Ojo con lo que decís de mis hermanos. Y, ¡maldición! no escupas ni chochees más al hablar... me rio en mis pensamientos y pierdo el hilo de vuestras palabras.

-¡AHORA SÍ ME HAS ENFADADO, VÍBORA DE LENGUA BÍFIDA!


// Pronto, la segunda parte

Ambos se enzarzaron en una lucha que era admirada por un par de hordas que por allí pasaban: Blagnash los vio, e ignorando la fuerza de su contenidente, se lanzó a luchar contra ellos. Mientras tanto, Skaeyv, con media vida y algo débil, pensó en Hukgron. Aun le quedaba una piedra de alma: o invocaba a Hukgron, o creaba una piedra de salud.... y optó por lo primero... mientras Blagnash acababa con el elfo de sangre que quedaba, Hukgron ya aparecía en mitad de la Garganta de Fuego junto a Ska. Cuando el horda murió y Blagnash se volvía hacia la bruja malhumorado, ésta mandaba implacable a Hukgron para que se ocupara de él...

Pero algo ocurrió que Ska no esperaba que ocurriese: Hukgron se detuvo a medio camino, y siniestramente, se dio la vuelta hacia la taumaturga, con una sonrisa diabólica en su pequeña cabeza azul.

-¿CREES ACASO -gritó Blagnash acercándose a Hukgron tras su espalda, andando y mirándola fíjamente - QUE ME VAS A ..... VENCER USANDO UN SIERVO DE MI..... PROPIO PUEBLO? SABRÁS .... DEMONÍACO PERO NO TIENES ..... NI IDEA DE LO QUE EN REALIDAD SOMOS..... LOS DEMONIOS. ¡NO SABES ....NADA..... DE MI PUEBLO....., INGRATA!

Blagnash y Hukgron atacaron juntos, riéndose y maldiciendo el nombre de Ska. Entonces, con la vida de Ska en el mismo abismo, un terremoto sacudió los cuerpos de la bruja y los demonios, y un haz de sombra violeta recorrió la Garganta de Fuego en un instante, elevando a Ska y los demonios, que desaparecieron de la faz de Azeroth.

Ska perdió la consciencia.

Se despertó y notaba que algo no iba bien... unas ratas parecían hablar en alguna esquina y unas gotas de líquido viscoso goteaban sobre su pelo. Pero no veía nada. Intentaba moverse pero algo parecido a unos grilletes la tenían atada, imposibilitando cualquier movimiento. Entonces, una luz verde como la putrefacción y roja como la sangre emergió desde un punto más elevado, como si se abriese una fosa. Eso permitió ver a Ska algo de su situación: un enorme cubo de hierro negro la tenía aprisionada, dejando en la superficie únicamente su cabeza. Alguien bajaba por unas escaleras.

Era un demonio baboso, de amplia chepa y sonrisa malvada, parecía una especie de cruce de goblin y gnomo venido a menos... y reía en flojo, siempre.

- jiji.... vaya... ya habeis despertado... juju .... no deberíais, mi Señor lo sabe todo, y sabe que habeis despertado... jujuju .... ya viene....

-¿Do... dónde estoy?

- jiji.... no lo notas? jejeje.... no lo hueles? mmmmhh... juju .... estás en Entrañas.... bastión al servicio de Varimathras

En ese instante, empezaron a oirse los pasos.... unos pasos infernales, que mezclaban metal, dolor, fuego y explosiones en un solo sonido, acompasado y cada vez más cerca. Una voz oscura se dejaba entreoir:

-SSSSkkaaaeeeyyvvvv WWWryyyynnnnnn Saaaanggguinnnnnaaaaarrr .......

Curiosa e interesante historia; te animo a que la continues.

[quote=mi kerida ska me encanta la histria estoy impaciente por leer el resto"Faron.[/quote]

//Disculpad la tardanza, pero escribí como 4 continuaciones, y esta es la que mas me gustó

TUUuum… TUUuuuum… TUUuuum… TUUUuuuuuum…..
De repente, todo se hizo mil pedazos. Luces, explosiones… todo en milésimas de segundo…. La bruja había notado que era como si grandes piedras hubiesen hundido el techo de aquel pequeño zulo, convirtiéndolo todo en [polvo extraño]. Aquel extraño carcelero había desaparecido.
Cuando el polvo ya se disipaba, Skaeyv solo había logrado acertar a ver los ojos inyectados en sombras de Varimathras, alrededor de los cuales se iba discerniendo la figura delante de un movedizo fondo de destellos rojo oscuro, una profunda oscuridad líquida inyectada en sangre. Ella estaba aprisionada en un pedestal de Torio que partía de algún posible suelo, imperceptible para ella pues lo único que sobresalía de ese pedestal era su cabeza, inmóvil por fuerza ante la brutal figura que se erguía frente al pedestal.
– Vos…. Al fin…
– Tú debes ser Varimathras. Te imaginaba más fuerte. – Soltó en tono hiriente la bruja.
– Sin duda – el tono de sus palabras recordó a Skaeyv a la profunda voz de los Caballeros de la Muerte – este lugar no es apropiado para una dama como vos. El infierno sería un lugar más apropiado.
– Cuanta amabilidad para tenerme aquí aprisionada sin posibilidad de moverme lo más mínimo. –Skaeyv notó que en el dedo meñique de su mano izquierda había una bolsa de aire dentro del torio.
– Sois peligrosa, Madam. – Explicó el demonio.
–¡Soltadme! ¡O me liberaré yo sola! Me apoderaré de ti, luego arderás mientras te obligo a recitar toda la lista de reyes de Ventormenta, y tras eso, me apoderaré de tu alma…. Sí sí…. Hablo de vos
Varimathras empezó a reír profundamente mirando con desdén a la bruja.
–No quieres hacer eso. Pero no te preocupes, te irás pronto. Antes solo quiero que mires lo que tengo. Sin duda, vos sois muy valiente. Sé que te puedes ir, pero si no sabes siquiera dónde estás…. Será un poco difícil volver…. ¿No crees? Además, mira….
Skaeyv vio acercarse desde la nada una extraña jaula de barrotes de piedra azul brillante, traida por cuatro abisarios plateados. Notaba que había alguien dentro. Y entonces….
–¿Te suena? –El demonio se carcajeaba – Tú podrás defenderte aquí…. Pero, ¿y él?
–¡No puede ser! ¡¡Arkarion!!