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Röda despertó sintiendo en su espalda la hierba, apenas recordaba ya esa sensación..Ya no seguía en la nave y le costó comprender por qué.. Lo último que recordó fue la nave desmoronándose, y.. Avalurth, él entró por la puerta de su camarote.. No logró recordar mucho más, otra sacudida y la nave estaría ya por los suelos..
Abrió los ojos, pero todo estaba demasiado borroso.. Entonces lo vio corriendo hacía ella.
-Avalurth..
Éste le cogió la mano.
Röda se incorporó y volvió a abrir los ojos. No era Avalurth el que se encontraba delante suya..
-Estargoth, ¿dónde está Avalurth?
-No lo sé.
Y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Quizás seguía entre los escombros de la nave que había a su alrededor.
-¡Tienes que encontrarlo! ¡Quizás esté herido!
Estargoth le apretó la mano..
-Se ha ido, Röda. Muy lejos.
-Pero, ¿qué pasa? ¿por qué se ha ido?
-Dormid, será mejor..
-¡No!
-Estaba cabreado, dijo que si no había sitio para su familia en el Exodar tampoco lo había para él aquí.. Dijo que renegaba de nosotros..
Röda bajo la cabeza.
-Él prometió que me protegería, prometió no dejarme sola..
-Ya volverá..
Estargoth abrazó a Röda, tan fuerte como pudo. Ella, del cansancio que sentía cerro los ojos, quedándose dormida, pero llegando a oir:
-Yo te protegeré ahora..
El tiempo pasó, y Avalurth no volvió.
La vida en las Islas de la Bruma se fue haciendo poco a poco mas fácil, hasta que reinó la tranquilidad para los draeneis. Pero esto no duró mucho. La hermana de Röda, que solía entrenar en los bosques, una tarde, no volvió. Todo el pueblo se movilizó para encontrarla, pero nadie sabía nada. Röda, convencida de que Hëla seguía viva, decidió abandonar las Islas y continuar la búsqueda fuera.
-No es una buena idea Röda, no sabes el mal que acecha fuera.. -le dijo Estargoth intentando persuadirla.
-Tengo que ir, mi hermana me necesita.
-Yo te protegeré, pero debes esperar. La Mano ahora mismo me necesita, no me puedo marchar. Te prometo que iremos a buscarla..
-No puedo esperar, quizás sea demasiado tarde..
Dicho ésto, Röda se marchó de allí. Pero no tardó en darse cuenta de que lo Estargoth le había dicho era cierto, aquello se le quedaba grande, había demasiado mal en el mundo para aquellas personas que no estaban acostumbradas a ello. Allá a donde iba, tenía que esconderse. La Horda atacaba por todos lados, en todos los pueblos en los paraba. Pasaba su vida huyendo, escondida.. era demasiado inexperta para luchar o defenderse. Lo único que podía hacer era, tirar la toalla.
Volvió a Auberdine para coger un barco hacia el Exodar, donde estaría segura. Se sentó cerca de dos elfos a esperar, y sin quererlo, pegó la oreja a la conversación que mantenían:
-..¡Vaya! ¿Y cómo conseguiste vencerlo?
-Un joven draenei me ayudó. Era tosco y testarudo, pero era muy bueno.
-¿Y le preguntaste su nombre?
-Me dijo que su nombre era Garratroz.
Dicho eso, Röda sintió un escalofrío por todo su cuerpo. Un recuerdo de infancia abordo su mente..
<<Un pequeño draenei encima de una piedra levantaba una espada de madera..
-¡Soy Garratroz, el más fuerte draenei de todo Terrallende!
-No eres Garratroz, eres Avalurth..-dijo una vocecilla desde el suelo.
-Vamos Röda, es solo un juego, ¿es que las princesas no sabéis jugar?
-Esta bien, ¡yo soy Lady Röda!
-No, tenéis que ser fuerte. Podríais ser una guerrera.
-No me gustan los guerreros, ya lo sabes.
-¿Y que me dices de matar dragones? ¿Te gustaría? Röda, la mejor cazadora de todo Terrallende. Yo me encargaré de ello.
-¡Si! Pero, no creo que yo sola pueda matar un dragón..
-Yo estaré allí para protegerte..>>
Röda esbozó una sonrisa. Quizás había todavía esperanza..