Saludos, mi nombre es Ueshiba Jarralevantada, provengo de una familia "acomodada" en la cual, mi padre era sacerdote y mi madre costurera. Desde pequeño siempre me fué inculcada una férrea disciplina por parte de mi padre, aunque sacerdote, era un hombre con una forma de ver las cosas muy firme, era un hombre duro, pero gracias a el me encuentro en estos momentos sirviendo a la luz para purificar a los infieles.
El sueño de mi padre era poder ser un paladín de la Orden de la Mano de Plata, pero tenía un problema... padecía una enfermedad en los huesos, por lo cual no podía cargar con la pesada armadura de un paladín ni con las grandes mazas que éstos suelen llevar.... siguió el consejo de un amigo que tenía en la Orden, y decidió dedicarse a la luz... del modo en que podía, el camino del sacerdocio. Mi padre siempre estuvo orientándome por el camino que el quiso llevar, pues yo poseía una fortaleza física y una predisposición a aceptar y usar la luz que fuí demostrando desde pequeño, aún recuerdo aquella vez que salvé a una liebre en las frías montañas de dun morogh, siendo muy joven... pero esa no es la historia.
Ahora mismo, cuento ya con muchos años de experiencia, muchos años peleando aquí y allí... cuantos enemigos de la horda han probado mi "luz", cuantos demonios, no muertos..... allí por donde he pasado, han recordado mi nombre, unos para bien y muchos para mal.
Aunque lleve poco tiempo con vosotros, hermanos míos, es mi deber informaros aparte de contaros de dónde provengo, que he sido llamado para formar parte del contingente de paladines de forjaz, que protege el paso desde Terrallende al portal que comunica con las tierras devastadas... no se si os habreís dado cuenta, pero ultimamente muchos demonios cruzan la defensa allí formada e incluso llegan hasta el portal... pues sabréis que un paladín, se lanza a la batalla allí donde ésta es mas árdua, y es mi deber luchar por la eliminación completa de la legión ardiente, aunque los esfuerzos de muchos se centren ahora en Rasganorte, y poder con Arthas, no solo éste amenaza nuestra querida paz... recibireis noticias mías antes de irme, y os enviaré las nuevas desde el frente.
Un saludo, hermanos.